Me usó, me obligó, se sació


Una lluvia de estrellas me cubrió
El aroma del mar permanecía latente en mi piel
Era una noche tibia, con poco viento, la arena estaba tiesa
Sentí su cuerpo sobre el mío, despojarme de todo tabú
Invadirme, colmarme de pasión y hastío
Y su olor... su olor a maderos se almacenó en mi mente para no irse más
Para recordármelo a cada instante
Cada fibra de mi le perteneció
Cada jadeo insostenible inundó los oídos
Fue un ir y venir sin pausa
Fundiéndose su piel y mi piel
Desgarrando cada centímetro de negación
Degustando el ser mas fuerte que yo
Me usó, me obligó, se sació

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